Gregorio Luri, filósofo y pedagogo, hace una reflexión sobre si es posible gestionar las emociones de nuestros pequeños, dice que el futuro será “una humanidad sedente contemplando feliz videos de gatitos”.
Se plantea la duda de que sea tan necesario ser feliz, y esa enseñanza que estamos implantando a los niños de que el objetivo central de la vida es ser felices, y a que coste les hacemos ser felices.
¿Qué pensáis? ¿Realmente no debemos enseñar a nuestros pequeños a ser felices? ¿No debemos ponerles esa meta? Yo creo que sí que debemos ponerles la meta de deben ser felices, que deben pensar en su futuro basándose en la felicidad más que en lo material, pero cometemos un error, pensamos que la felicidad de nuestros alumnos y nuestros hijos debe ser la misma felicidad que la nuestra. Hay que reflexionar sobre el hecho de que cada persona es diferente y que lo que para nosotros es felicidad para ellos a lo mejor no lo es. Creo que hay que hacerles creer en sí mismos mucho más que enseñarles a ser felices, ya que si creemos en nosotros mismos empezaremos a ser felices… ¿no?
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